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domingo, noviembre 11, 2007

MAS ACERCA DEL SODIO

UN ARTICULO DE INTERES Y DE AYUDA PARA NOSOTROS.


La forma más común de sodio es el cloruro de sodio , es decir la llamada sal de mesa. El sodio se encuentra en forma natural en la mayoría de los alimentos que consumimos y en el agua potable, aunque la cantidad varía dependiendo de la fuente.

Pero este mineral también se agrega en diversos alimentos procesados en forma de glutamato monosódico , nitrito de sodio , sacarina de sodio , polvo para hornear (bicarbonato de sodio) y benzoato de sodio para lograr que se conserven más tiempo.
La carne procesada como el jamón, las salchichas y el tocino, son algunos ejemplos de alimentos con grandes cantidades de sodio para su conservación.

Pero las sopas de verdura enlatada, los cubos de caldo concentrado, la sal de cebolla o la salsa de soya también son productos con demasiado sodio. Sin mencionar la llamada comida rápida que por lo general contienen grandes cantidades de sal.

Sal: necesaria para la vida

La sal es un mineral fundamental para mantener el equilibrio en nuestro organismo, ya que cumple funciones muy importantes, por ejemplo en el balance hidroelectrolítico (retención de líquidos), la neutralización de ácidos de nuestro cuerpo y la regulación de los mecanismos de excitabilidad muscular y nerviosa.
Por otra parte, también es indispensable en la digestión y metabolismo de los alimentos.

La cantidad necesaria de sodio es de 2 g diarios, sin embargo, nuestra ingesta supera en mucho esta recomendación. Según una reciente investigación hay individuos que su consumo diario de sal es mayor a los 20 g.
Un exceso de sal de tales magnitudes trae consigo múltiples consecuencias que van desde la hipertensión, los problemas cardiovasculares, edemas (retención de líquidos e inflamaciones) hasta los cálculos.

El sodio en la naturaleza
Tal como ocurre con la mayoría de los minerales, todos los alimentos cuentan con sodio en su composición química. Generalmente la cantidad es relativamente baja sobre todo en las frutas y los vegetales, otros alimentos contienen este mineral en proporciones mayores como la carne de cerdo, las vísceras y los mariscos, también está presente en la leche y el yogurt.

El sodio procesado
Durante los procesos industriales como el enlatado o el ahumado, a los alimentos se les adiciona sal, aumentando extraordinariamente su contenido como sucede, por ejemplo, con las aceitunas, los embutidos, algunas verduras, pescados y mariscos en conserva, mantequilla, margarina, quesos y algunos panes.

Pero además, durante la preparación de los alimentos en casa, se agrega sal, con lo cual la ingesta de este mineral es mucho mayor a la necesaria para el buen funcionamiento del cuerpo.

Por ello es necesario aprender a darle sabor a las comidas con otros condimentos como: albahaca, laurel, clavo de olor, comino, tomillo, orégano, pimienta, pimentón, ají molido, canela, vainilla, estragón, jengibre, ajo, perejil, cebollón, limón, vinagre, coco, semillas de anís, sésamo, almendra, menta, mostaza en polvo, nuez moscada, páprika, azafrán, romero, salvia y azúcar.

Otras opciones
Cuando la hipertensión no es muy severa, el médico puede permitir la utilización de cantidades pequeñas del mineral o sales modificadas que se adquieren en el mercado y contienen una menor cantidad de sodio.

Sales modificadas: Son de fabricación comercial y no en todos los países se pueden encontrar.
Sales dietéticas: Ninguna de ellas contienen sodio, pero como se elaboran a base de cloruro de amonio y de potasio, no pueden ser consumidas por personas con problemas renales y hepáticos.
Habla con tu médico sobre la posibilidad de que consumas otros tipos de sal, pero recuerda que si no puedes, existen otros condimentos que, incluso, le dan mayor sabor a la comida.

Referencia informativa: Cocina rica y nutritiva para hipertensos. Buenos Aires, Argentina, Concepto, 2006; www.nutrar.com; Medline Plus

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